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En el mundo royal todo es más grande y más espectacular, y los anillos de compromiso no son la excepción. Algunos, cargados de historia, otros, nuevos y originales, pero todos tienen en comúnel factor wow. Aquí algunos de nuestros favoritos.
El anillo que el príncipe William entregó a Kate Middleton es más que especial, y es que anteriormente perteneció a su mamá, la princesa Diana. Originalmente el zafiro de Ceilán de 12 quilates rodeado de 14 diamantes pertenecía al príncipe Harry, que lo escogió de entre sus joyas después de su muerte, pero finalmente se lo cedió a su hermano cuando le propuso matrimonio a Kate.
Cuando Guillermo, entonces príncipe heredero de Holanda, estaba en búsqueda del anillo perfecto para su prometida argentina, tenía algo muy claro en mente: que, más allá del compromiso, tuviera un significado especial. Por ello, eligió un diamante color naranja, que representara el color de la Casa Real de Orange.
El anillo que hoy lleva Meghan Markle fue elegido cuidadosamente por el príncipe Harry, quien lo diseño en conjunto con la casa Cleave and Company. El diamante central procede de Botsuana, un país con significado especial para la pareja, pues ahí viajaron juntos en su tercera cita. Lo acompañan dos diamantes pertenecientes a la princesa Diana, montados en una sortija de oro amarillo, el favorito de Meghan. En 2019, le hizo un pequeño gran cambio, pues pidió a la joyera Lorraine Schwartz que cambiara la banda original por una con pavé de diamantes.
El príncipe heredero Federico entregó a Mary Donaldson un anillo representativo de la bandera de Dinamarca: un diamante corte esmeralda de 1.5 quilates flanqueado por dos rubíes pertenecientes a la reina Ingrid, su abuela. Años después, para hacerlo aún más especial, Mary le hizo un cambio: agregó dos diamantes baguette que representan a los cuatro hijos de la pareja.
El nombre de la princesa de Mónaco siempre será sinónimo de glamour, y su anillo de compromiso es fiel prueba de ello. Originalmente, el príncipe Rainiero entregó a su novia una banda Cartier compuesta por diamantes y rubiés, haciendo un guiño al color de la bandera monegasca, cuando pidió su mano en su casa familiar en Filadelfia. Sin embargo, el anillo de compromiso más famoso de la actriz norteamericana es el segundo que le regaló el príncipe: un espectacular diamante de Cartier de 10.48 quilates flanqueado por dos diamantes baguette. La pieza fue diseñada específicamente para Grace por la firma francesa y es conocida como una de las joyas más caras que haya poseído una celebridad.
El anillo que el príncipe Henrik entregó a la reina de Dinamarca -entonces princesa heredera- es uno de los más originales, pues la pieza diseñada por Van Cleef and Arpels tiene dos enormes diamantes, calculados en 6 quilates cada uno. Este tipo de pieza, llamada toi et moi (tú y yo), está inspirada en el anillo de diamante y zafiro que Napoleón Bonaparte regaló a Josefina de Beauharnais.
El príncipe Hussein de Jordania, hijo de la reina Rania, un auténtico fashion icon, no podía fallar en la elección de anillo para su futura esposa, Rajwa Al Said. El heredero entregó a su novia un enorme diamante en talla pera rodeado de diamantes talla esmeralda en una banda de oro blanco. Su valor se calcula en alrededor de 100 mil euros.
Jack Brooksbank regaló a la princesa Eugenia, nieta de la reina, una anillo realmente único cuando le pidió matrimonio en un lago en Nicaragua. Se trata de un zafiro padparadscha -uno de los más raros del mundo- de 3 a 4 quilates rodeado de diamantes en una banda de oro galés, como lo indica la tradición real. El nombre del zafiro viene de la palabra en sánscrito que se da al color coral de una flor de loto. Expertos en joyería calculan que su valor es superior a los 100 mil dólares.
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