La ganadería gallega, en la cuerda floja: "Nos es más rentable regalar el pollo que venderlo"

2021-12-06 05:32:36 By : Mr. Benson Ju

En el supermercado se puede encontrar envasado bajo marcas como Larsa, Central Lechera Asturiana, Puleva o President, pero detrás de cada tetrabrik hay más de 6.400 familias gallegas asfixiadas que están vendiendo su leche por debajo del precio que les cuesta producirla. Los costes de las materias primas se han disparado durante la pandemia y en el caso de los piensos, fundamental en el modelo de ganadería intensiva que predomina en Galicia, los precios se han incrementado hasta un 25% en menos de un año. Por otro lado, el precio de compra que mantienen multinacionales como Lactalis o la cooperativa asturiana CAPSA se mantiene estancado: “Nos están pagando un litro de leche a 32 céntimos, pero nos cuesta entre seis y ocho céntimos más producirlo. La situación es insostenible ”, explica Xesús Vázquez, ganadero de la comarca de Ulloa (Lugo).

Los testimonios de los productores recogidos para este informe coinciden en que la ganadería gallega está "trabajando a pérdidas". Las estrategias que están utilizando para sobrevivir son solicitar préstamos, renegociar las condiciones de los que ya tienen y, para quienes los tienen, recurrir al ahorro. "El sector lácteo está en la cuerda floja. Si un agricultor cierra su finca y vende las vacas, es muy poco probable que pueda hacer la inversión necesaria para reabrirla cuando los precios se ajusten. Por eso es importante que las negociaciones sean Acelerado, el tiempo es fundamental ”, explica Roberto García, secretario general de Unións Agrarias, el principal sindicato del primer sector en Galicia.

Ante la inmovilidad de los dos principales compradores del sector lácteo gallego –Lactalis y CAPSA–, los sindicatos agrarios y las asociaciones de productores lanzaron, hace tres semanas, protestas e intervenciones simbólicas frente a las fábricas y dentro de los supermercados de toda Galicia. Han vertido cientos de litros de leche por las paredes de sus fábricas; han retirado las marcas más conocidas de sus compradores de los estantes de los supermercados; e incluso organizaron un reparto masivo de 2.000 kilos de pollo en el corazón de la ciudad de Pontevedra. El secretario general de Sindicatos Agrarios ha explicado que, en este momento, los avicultores gallegos están cobrando 18 céntimos el kilo, mientras que para cubrir gastos ese precio no debe bajar de 23 céntimos: “Es casi más rentable para nosotros regalar el pollo venderlo. ”Las actuaciones en los supermercados han sido grabadas en vídeo por Campo Galego, principal diario del sector y uno de los ponentes de las demandas de los agricultores gallegos.

Los sindicatos agrarios acusan a Lactalis y CAPSA de "violar la Ley de la Cadena Alimentaria", que obliga a todos los eslabones del sector a comprar productos agrícolas, cubriendo siempre los costos de producción. “Llevamos meses en esta situación y la ley es muy clara al respecto. Es fundamental que los órganos competentes [la Agencia de Información y Control Alimentario] tomen medidas al respecto y fuercen la subida de precios”, explica Roberto García. Si la responsabilidad de estas empresas llega con meses de retraso, es probable que para entonces muchas granjas hayan desaparecido. Este activista agrario reconoce que la mesa de diálogo está paralizada. “El grupo CAPSA ni siquiera se sienta a negociar y aunque Lactalis lo ha hecho, no están dispuestos a modificar los contratos”, añade García.

Sin embargo, esta semana puede haber un cambio de rumbo en las negociaciones. Representantes de la cadena alimentaria a nivel español, desde el sector primario hasta la distribución y la industria, se han comprometido este lunes en una reunión presidida por el consejero de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, con el "cumplimiento efectivo" de la Ley de Cadena Alimentaria tras analizar la difícil situación que atraviesa el sector. “La medida más concreta que ha salido de este encuentro es el efectivo cumplimiento de la Ley de la Cadena, donde todos se han manifestado dispuestos a hacerlo”, ha avanzado Planas al finalizar el encuentro.

Uno de los pilares fundamentales de la economía rural gallega es la ganadería, principalmente asociada al ganado lechero. Según datos de los sindicatos, al inicio de la pandemia, en Galicia había 6.857 explotaciones lecheras activas. En este momento, alrededor de 400 ya han cerrado. Las causas, señalan, están relacionadas principalmente con el aumento de las materias primas. “No somos solo los ganaderos. Si cerramos, nuestros empleados, transportistas, vendedores de piensos, maquinistas… Somos solo la punta del iceberg”, explica Manuel Pereira, un agricultor de la región de Bergantiños.

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